Con solo dos discos publicados, Tuk Smith y su banda se han convertido en una de la grandes esperanzas del rock´n´roll, de mantener vivo ese sonido que para muchos tuvo su época y que sin embargo cuando hay canciones y actitud recupera su frescura y su juventud como si los años nunca pasaran, tanto para el que lo toca como para los que lo reciben, y sudan y bailan como si todo volviera a renacer. Tenía mucha curiosidad por ver a estos jovenzuelos de Nashville, y mis expectativas se vieron cumplidas cuando se subieron al escenario y tocaron el primer acorde, tienen canciones magníficas como ese "Little Renegade" con el que abrieron el show, "Glorybound", "Girls On The Eastside Of Town", "Same Old You" o uno de sus últimos singles: "Take Me Long Way" con el que cerraron una actuación intensa pero que se hizo muy, muy corta, algo más de una hora en la que eso sí, fuimos felices... y rockeros.
"Escribimos para justificar nuestra existencia y comprar un billete de lotería para la inmortalidad que, por supuesto, nunca resultará premiado" Elliott Murphy
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