miércoles, 6 de julio de 2016

Festival Mad Cool y Neil Young, Madrid 16 al 18 Junio

Fin de semana perfecto, yo que no soy asiduo a festivales he de reconocer que merecía la pena acercarse a la orilla del Manzanares simplemente por ver a Neil Young y The Who. Con lo que no contaba era con el trato estupendo de todos los trabajadores intentando de que hubiera buen rollo y dando soluciones a cualquier problema que surgía, y eso es de agradecer acostumbrados a que en otros festivales se trate al público como ganado. El enclave perfecto, más o menos bien comunicado, encima tuvimos la suerte de que el calor se alejó durante ese fin de semana y que el ambiente era fenomenal. Servicios limpios, cervezas y copas no demasiado caras, y posibilidad de poder comer lo que te apeteciera. ¿Qué más se puede pedir?, Ah, sí, buena música y que el suelo no se hundiera como predecían algunos agoreros y muriéramos ahogados en el estanque. Ésto fue lo que escribí la misma noche en que se acabó el festival:

"¡¡¡IMPRESIONANTE!!!, que conciertazo de Neil Young, escribo porque no quiero acostarme, quiero seguir sintendo ese "Like A Hurricane" en mis venas, quiero tomarme una copa más y sentir que la vida es un golpe de rock que te devuelve a pensar que durante dos horas y media estaba en el lugar donde tenía que estar, y que si me hubiera tragado el estanque habría sido feliz porque bailaba como un poseso agarrado a un sueño y no me hubiera dado cuenta que en esas aguas sólo había lodo y patos muertos.

lunes, 4 de julio de 2016

"Taxi Driver"

Hoy me he dado cuenta que han pasado cuarenta años desde que se estrenó "Taxi Driver" en los cines, casi nada...; en mi opinión, Robert De Niro hace su mejor interpretación, y eso que tiene grandísimas películas en las que nos sedujo con su talento, pero en "Taxi Driver" construye un personaje que va más allá del guión, esa sonrisa ladeada, esa dejadez en el caminar, esa mirada que es capaz de insinuar tantos pensamientos y de ocultar tantos otros. Recuerdo que la primera que la vi tendría yo unos quince años y me impactó tanto su forma de llenar la pantalla que luego la alquilé varias veces en el videoclub hasta que un día la echaron en la televisión y pude grabarla. Y recuerdo que la banda sonora me describía tantas imágenes que a veces solía aparecer por mi cabeza cuando paseaba de noche por la ciudad..., una película lenta, aburrida y sin sentido, como decían algunos de mis amigos; para mí una película fascinante que me removía por dentro y me hacía mirar al mundo con la precaución de que los límites y las fronteras era tan irreales como la seguridad de pensar que cuando te miras a un espejo los ojos que te devuelven la mirada son siempre los mismos.

¿Qué habrá sido de Travis Bickle durante estos cuarenta años?, ¿Se seguirá mirando al espejo repitiendo "Are you talking to me"?...

The Long Ryders - Sala el Sol, Madrid 26/04/16

Más de veinticinco años después, aquellos jovenzuelos que se hacían llamar "The Long Ryders" se volvieron a cruzar en mi camino. Y digo veinticinco años porque es el tiempo aproximado en que por primera vez los escuché en una época donde para conocer grupos nuevos tenías que desplazarte a una tienda de discos o tener la fortuna de que en la radio pincharan algo interesante y tuvieras el tiempo suficiente para encajar la cinta virgen en la pletina y darle al Rec.

Los que nos criamos sin internet recordamos aquellas búsquedas y aquellas tiendas que se repartían por el centro de la ciudad donde podías pasarte las horas muertas mientras rastreabas entre cajas de vinilos y cassettes  hasta que hallabas algo que buscabas o alguna portada que sedujese tu interés por descubrir algo nuevo. Así, conocí a esa hornada de bandas americanas que catalogaron como NRA (Nuevo Rock Americano): Jason & The Scorchers, The Dream Syndicate, Green On Reed, Tommy Conwell, The River Detectives, Lone Justice, Rain Parade, Georgia Satellites...y como no, "The Long Ryders"..., viejas cassettes de segunda mano que todavía conservo.

The Wild Feathers - Sala Galileo Galilei 14/05/16

Te levantas por la mañana, desayunas, llegas a la puerta de una sala donde te reparten la prensa del día y otras revistas, entras, te sientas en una mesa y un camarero se te acerca. Ahí surge la primera duda, no sé que pedirme, se supone que a pesar de ser las doce y media de la mañana dentro de unos momentos vamos a presenciar un concierto de rock, así que tiro de cerveza e intento mimetizarme con la oscuridad de la sala.

The Wild Feathers es un grupo de jovenzuelos de Tennessee por los que su discográfica ha apostado muy fuerte, y es que detrás de su innegable talento hay también una gran maquinaria de promoción que espero que no devore sus ganas de seguir explorando sus propias raíces, de hecho, ya me sorprendió que llenaran la sala Caracol la primera vez que actuaron en Madrid y de ver a tanta gente joven en aquel concierto. Ahora han editado su segundo disco, y lo cierto es que si el primero fue toda una revelación, este último no me termina de convencer, pero en directo sí que demostraron su calidad y su verdadera capacidad para disfrutar sobre un escenario haciendo que aquella extraña mañana de sábado grupo y público se deshizieran de sus legañas y convirtieran aquel concierto en una gran fiesta privada.