Inauguro esta sección de discos con uno de mis favoritos, lo descubrí el año pasado y no ha dejado de sonar durante este último, una recomendación que escribí en un foro y que decía algo así:
..."Desde el principio, ese rasgueo, esa letanía que es "Words Underlined" te preparan para realizar el viaje y durante seis minutos es como si estuvieras en una mecedora y tu vida pasara por delante de tus ojos, te dejas llevar, es entonces cuando sabes que todo debería ir más despacio, de ahí enganchas con "All Your Promise" cuyo comienzo te levanta de esa mecedora pero ya poco importa porque llevas agarrado el sentimiento, un temazo que comercialmente sería el mejor situado y al que le sigue "The Whip", una pequeña joya de tres minutos; ahora frenamos un poco y le llega el turno a "Every Eye Open" y a "Reminder, Defeats", puff, aquí ya te está liando, la voz de Jesse Marchant te atrapa, ese aire fantasmal, esa oscuridad que transmiten pero que a la vez parece como si hubiera sido el propio sol el que las hubiera engendrado, no es difícil sentir la contradicción...
...Un golpe de guitarra, lo más apropiado para que no nos olvidemos del sonido del piano de "Reminders", porque la vida continúa y a veces parece teñirse de texturas ásperas, así ha llegado "In The Sand / Amelia", y cuando ésta acaba se nos cuela la nieve de Chicago, "Snow Chicago", y esa nieve nos da un respiro aunque no hace falta estar muy melancólico para permitir que la nieve se nos cuele por el cuerpo. "The Road is Dark & Snowed", el título lo dice todo, como canta el cabrón, que facilidad para emocionar, una de mis favoritas como la que le sigue, "Adrift", quizás mi tema, al principio parece que va a arrancar "Streets Of Philadelphia" de Bruce Springsteen pero al minuto aparece esa voz, teñida de soledad, como si viajara sola a través de una montaña y su eco resonará en un mundo vacío, una jodida maravilla; con "Stay On Your Kness" nos vamos acercarnos al final y todavía no ha sido capaz de bajar el nivel y para que no quede duda llega "Lines On Shore", pero a estas alturas ya te has mecido, has viajado, has evocado la nostalgia de lo extraño, y tu propia vida parece que se ha fortalecido, y lo que es más importante, a estas alturas ya te sientes diferente y el mundo ha estado girando mientras tú has estado soñando."
"Escribimos para justificar nuestra existencia y comprar un billete de lotería para la inmortalidad que, por supuesto, nunca resultará premiado" Elliott Murphy
lunes, 16 de noviembre de 2015
Van Morrison, 10 de Noviembre de 2015, Circo Price
Madrid, 10 de Noviembre, ayer sí, el viejo gruñón ni nos saludó ni se despidió, pero no hizo falta, nos ofreció una hora y media de viajes y retornos a ese mundo al que sólo llega su voz. Sobre el escenario parece un monstruo gigantesco que todo lo domina, manda a la banda, exprime su saxo, saca notas imposibles a la armónica... es capaz de hacer juegos de malabares con un blues mil veces exprimido y llevarlo más allá hasta que las palabras levitan por encima de su sombrero, siempre apoyado por una banda tan acojonante como acojanada, que saben que tienen que estar a la altura de ese ser extraño que está pendiente de cada nota.
Porque lo de ayer se resume en una sola palabra: Sentimiento; ayer Van Morrison se dejó la piel en cada canción que interpretó, ciertamente si me hubiera dejado hacer el setlist a mí hubiera sido muy distinto, no sonó "In the garden", ni "It´s All In The Game", ni "And The Healing Has Begun" que si está tocando últimamente, ni tantas otras... pero a cambio nos ofreció cada interpretación como si fuera la última... "Enlightenment", un "Moondance" que esta vez sonó a gloria, "Days Like This", un maravilloso "Whenever God Shines His Light", "In the Afternoon" mezclada con "Ancient Highway", "Help Me" o ese final con "Ballerina" (la mejor interpretación que yo he escuchado de este tema) que nos llevó a Avalon.
Me contaron que cuando John Fogerty se bajó del escenario después del concierto de Gredos parecía un abuelete y que tuvieron que ayudarle, hoy cuando Van Morrison se iba mientras la banda seguía a lo suyo y bajaba las escaleras tuvo que ser también ayudado, en ese momento sabía que el concierto se acababa y me acordé de lo que me contaron de Fogerty, el tiempo pasa pero el escenario rejuvenece así que a tipos como éstos no puedo exigirles más, si John Fogerty pudo todavía llevarme a mis viajes de juventud en los que la Creedence eran nuestra referencia, hoy Van Morrison me ha llevado a esas tardes de playa y borracheras nocturnas en las que su música me hacía creer que había descubierto un mundo mucho más allá del que yo podía divisar y al que muchos no podrían llegar, y ese mundo, esa mística extraña que me hacía sentir diferente, hoy se ha subido al escenario del Circo Price, yo simplemente me he dejado llevar como cuando ajustaba los cascos de mi walkman y caminaba sin destino y el tiempo parecía una infinita melodía que se retorcía y que nunca tendría final.
Porque lo de ayer se resume en una sola palabra: Sentimiento; ayer Van Morrison se dejó la piel en cada canción que interpretó, ciertamente si me hubiera dejado hacer el setlist a mí hubiera sido muy distinto, no sonó "In the garden", ni "It´s All In The Game", ni "And The Healing Has Begun" que si está tocando últimamente, ni tantas otras... pero a cambio nos ofreció cada interpretación como si fuera la última... "Enlightenment", un "Moondance" que esta vez sonó a gloria, "Days Like This", un maravilloso "Whenever God Shines His Light", "In the Afternoon" mezclada con "Ancient Highway", "Help Me" o ese final con "Ballerina" (la mejor interpretación que yo he escuchado de este tema) que nos llevó a Avalon.
Me contaron que cuando John Fogerty se bajó del escenario después del concierto de Gredos parecía un abuelete y que tuvieron que ayudarle, hoy cuando Van Morrison se iba mientras la banda seguía a lo suyo y bajaba las escaleras tuvo que ser también ayudado, en ese momento sabía que el concierto se acababa y me acordé de lo que me contaron de Fogerty, el tiempo pasa pero el escenario rejuvenece así que a tipos como éstos no puedo exigirles más, si John Fogerty pudo todavía llevarme a mis viajes de juventud en los que la Creedence eran nuestra referencia, hoy Van Morrison me ha llevado a esas tardes de playa y borracheras nocturnas en las que su música me hacía creer que había descubierto un mundo mucho más allá del que yo podía divisar y al que muchos no podrían llegar, y ese mundo, esa mística extraña que me hacía sentir diferente, hoy se ha subido al escenario del Circo Price, yo simplemente me he dejado llevar como cuando ajustaba los cascos de mi walkman y caminaba sin destino y el tiempo parecía una infinita melodía que se retorcía y que nunca tendría final.
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