miércoles, 1 de agosto de 2018

"Madrid 02/08/1988, Una Noche de Rock´n Roll"

Treinta años pasan más rápido de lo que uno se imagina cuando vives en ellos, pero hay días que parecen eternos, días que sabes que por un motivo u otro terminarán por convertirse en un recuerdo al que acudirás cuando los años pasen y las imágenes se enmarañen en tu cabeza, o cuando todo haya sido borrado y repuesto gracias a los sentimientos que te provocaron lo que ahora son imágenes que tu mente guardó como percepciones de esas mismas emociones.

Aquel caluroso día de verano de 1988 el sol brilló más fuerte que nunca en Madrid, de hecho y con la distorsionada lejanía de aquel recuerdo no hubo día más brillante ni más soleado que aquel dos de Agosto que se fundió con una noche que ante mis ojos se conjuró con un amanecer que me descubrió que el mundo era mucho más abarcable de lo que me parecía. Fue una noche de rock´n´ roll pero también de amistad, libertad y sonrisas, una noche en la que los sueños se fundieron con tal naturalidad con la realidad que era fácil dejarse llevar. Aquel dos de Agosto fue también el comienzo de un viaje que yo y mis dos camaradas de concierto recorreríamos muchas veces años después con la esperanza de revivir esas sensaciones que se nos presentaron espontáneamente y que de hecho siempre conseguiríamos atrapar.