domingo, 31 de diciembre de 2017

Little Steven & The Disciples Of Soul, Sala Vistalegre, Madrid 8/12/2017

Hay conciertos en los que eres parte de lo que está sucediendo sobre el escenario, te sitúas bien entre el público, te tomas unas cuantas cervezas si puedes, y te dejas llevar por la música moviendo el cuerpo o practicando ese sonido que a algunos les parece tan molesto que es el silencio. Luego hay conciertos en los que por una razón o por otra te conviertes más en un espectador que en parte integrante de la fiesta. Y así fue en esta ocasión, entramos tarde y yo me uní a ese sector que aprovechando su libertad de movimientos puede merodear por la parte de atrás o por los laterales del recinto porque prácticamente lo vas a disfrutar igual.

Cuando esto último ocurre, hablar de un concierto es hacerlo desde un punto vista en el que puedes analizar lo que has visto pero a cambio pierdes parte de esa bofetada de rock´n´roll que sí que recibes cuando los altavoces retumban en tus oídos, sientes el sudor de los músicos o eres parte de la espontánea diversión del público cuando el cantante reclama su participación. Ahora que la gente agota en horas las entradas para un concierto de masas en estadios o grandes pabellones posiblemente les pase esto, lo verán desde una grada y lo disfrutarán pero no se darán cuentan que el rock´n´roll vive de la cercanía y de saber que en tus oídos atronará un pitido cuando éste acabe como si la vida se hubiera detenido.

jueves, 7 de diciembre de 2017

The Waterboys, Teatro Alcalá 20/11/2017

Mi primer encuentro con los Waterboys en directo fue en la sala Kapital en el año 2012, aquella noche dieron un concierto soñado, sobre el escenario Mike Scott y los suyos nos ofrecieron una explosión de magia y rock´n roll que se extendió durante una salvaje interpretación de "The Pan Whithin" en la que Mike Scott a la guitarra y Steve Wickman al violín nos brindaron uno de esos momentos que siempre recuerdas cuando haces memoria de los conciertos a los que has asistido.

Años después les vi un par de veces en la Riviera y de nuevo ofrecieron un par de intensos shows demostrando que sobre el escenario muestran la misma ilusión que en la década de los ochenta y que son una de esa bandas imprescindibles que, siguiendo su propio su camino con sus idas y venidas, representan lo emocionante que puede ser el rock cuando expresa liberación. Y por supuesto, hablar de Mike Scott es hacerlo de uno de esos genios capaz de elevar su música y sus composiciones sobre su propia persona.

viernes, 1 de diciembre de 2017

"Sin retirada, sin rendición"

Uno de los momentos más especiales que se me han presentado durante estos últimos años ha sido volver a reencontrarme con aquellos amigos que dejé de verles prácticamente siendo niños, rostros que mi memoria guardaba y que con los años se fueron difuminando y con ellos las anécdotas de una infancia que parecían no sobrevivir a mis recuerdos..., rostros que ahora han cambiado pero que en el fondo, para mí, siguen siendo los mismos. Éramos cuarenta niños, cuarenta historias, cuarenta vidas que corrían sin marcar todavía nuestros destinos, y que se encontraban con las sonrisas de una inocencia que nos hacía mantenernos ajenos al mundo real. Nos juntábamos en las aulas y aprendíamos en el patio y en las calles, de hecho, podría contar con los dedos de una mano los profesores que de verdad se involucraron en nuestras vidas sin mutilar algunas de nuestras ilusiones.

Ahora nos vemos en los bares, sin necesidad de emitir juicios de valor, sin necesidad de ser los más fuertes, los más listos o los mejores deportistas; ahora no nos preguntamos si elegimos el mejor camino, simplemente simplificamos nuestras sonrisas y construimos pasajes que nos hacen sentir que todos somos iguales, que procedemos del mismo sitio, como cuando nuestros futuros se balanceaban sobre aquellos pupitres de madera. Al igual que escribí en una ocasión, es bueno reencontrarse con una época en la que íbamos corriendo a los sitios y en los que andar era, simplemente, de viejos.