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viernes, 28 de marzo de 2025

"Diez discos y cincuenta canciones para recordar un mes" (marzo 2025)"

Hay imágenes del pasado que parecen olvidadas pero que a veces se escapan de tu cerebro y vuelven a ti, imágenes que son solo eso, un recuerdo más almacenado que a veces permanece por siempre oculto. El otro día me vino una de esas imágenes a mi cabeza, apareció en mis sueños como si se tratara de un flashback del pasado confundiéndose con una pesadilla que nada tenía que ver con esta. Hace mucho tiempo, primeros de los noventa, solía ver a una mujer de unos cuarenta años en casi todos los garitos de Malasaña, por lo general estaba sola e iba siempre vestida de negro y muy maquillada, con medias de redecilla o mallas y cazadora de cuero. Creo que nunca hablamos, salvo algún escueto saludo, lo que sí recuerdo es que siempre la veía con una copa en la mano que bebía a pequeños sorbos. No era muy agraciada de cara, un amigo decía que se parecía a Millán de "Martes y Trece", y así la apodamos cariñosamente: "La Millana", bailaba casi todas las canciones de igual manera, como si arrastrara algún demonio interior que la impidiera desmelenarse, de vez en cuando levantaba la mirada del suelo y sus ojos te atravesaban, a veces sonreía levemente y en otras ocasiones mantenía el mismo semblante sereno como si las canciones y la noche la hubieran inventado y con el amanecer su figura fuera a difuminarse lentamente calle abajo. Este post se lo voy a dedicar ella, a esa habitual desconocida que con su misteriosa presencia hacia que aquellos garitos cobrarán más vida, y que siempre tenían una esquina reservada para su copa, sus bailes y su solitaria silueta.

1) The Damn Truth - "The Damn Truth": Estoy seguro que este grupo sería del agrado de aquella enigmática mujer. Rock clásico y blues con la mirada puesta en los sonidos de los setenta de una banda liderada por la voz y el carisma de Lee-La Baum y que ya aparecieron por aquí con sus anteriores trabajos. Difícil encontrar un álbum en el que todas las canciones son fantásticas, con hits como "Better This Way", "Be Someday", "I Just Gotta Let You Know", "If Don´t Make It Home"...etc. El disco de su consagración, y en mi opinión lo mejor que he escuchado este mes. (📻)

viernes, 30 de junio de 2023

"Cinco discos para recordar un mes" (Junio 2023)"

Mitad de año que se nos ha esfumado y lo ha hecho con multitud de lanzamientos discográficos y con una oferta desmesurada de conciertos y festivales de los que "disfruto" en la distancia, solo espero no hacerme demasiado mayor cuando mis horarios me permitan asistir a muchos de estos y pueda seguir calzando botas de cowboy, y beber, reír o bailar como si el día siguiente fuera a cumplir años. Así que, si no podéis acudir al encuentro con vuestros artistas favoritos, o deambular por esos descampados reconvertidos en escenarios, abrid vuestros oídos, subid el volumen de la música e intentad olvidaros del calor con una enorme cerveza fresca y a ser posible en buena compañía, y por supuesto, también podéis sustituir esas botas por unas chanclas. Vamos allá...

1) Jason Isbell & The 400 Unit - "Weathervanes": Y empiezo con uno de los discos que va a ser uno de mis favoritos cuando acabe este 2023, el regreso de Jason Isbell ha sido recibido como el mejor trabajo en solitario de este estadounidense que es sin lugar a dudas uno de los elegidos para recoger el testigo de los Tom Petty, John Mellecamp o Bruce. Enormes composiciones y sobre todo intensidad. Uno de los grandes.

domingo, 31 de mayo de 2020

"Cinco discos para recordar un mes" (Mayo 2020)"

A veces los acontecimientos te atropellan y tu mente se convierte en una confusa red de ideas que no eres capaz de ordenar. Cargas con estas y te exigen que mantengas la calma para abordar todo lo que te supera. Eso es lo que he experimentado este mes, primero fueron mis suegros en Abril a los que les agarró el virus, más tarde a mis padres que se les complicó con otras enfermedades. Hace tres semanas, y después de uno de los días más eternos de mi vida, dejé a mi padre y a mi madre hospitalizados, uno por la mañana y al otro por la tarde. De vuelta a casa, por la noche, una soledad infinita mantenía mi silencio dentro del coche en el que no había espacio ni siquiera para la música, atravesé mi ciudad sitiada por la oscuridad y el vacío con una sensación de que todo estaba oculto, de que la vida había desaparecido como lo hacían mis propios recuerdos invadidos por la angustia del momento al que me estaba enfrentando. Ahora, los cuatro se han ido recobrando, y por suerte esa confusa red de ideas se va poco a poco normalizando mientras los peores escenarios que mi imaginación atisbaba se van, también, disipando.

Es solo mi opinión, pero cuando comenzó esta particular guerra tenía la confianza de que cuando el mundo se parara, y el confinamiento nos obligara a estar con nosotros mismos, nuestra sociedad saldría reforzada, con una visión crítica hacia la velocidad con la que vivimos y ante las absurdas preocupaciones que nos enfrentan a unos con otros. Ahora pienso que ha sido una oportunidad perdida, que incluso la humanidad saldrá más aborregada, que los que dicen ser de izquierdas serán más extremistas y que lo mismo pasará con los que afirman ser de derechas, que seguiremos banalizando las muertes y los sufrimientos de la gente mientras no nos toquen de cerca y solo tengamos la necesidad de ser el primero en tener sitio en una terraza o ser el más preparado para salir a correr por las mañanas. Los medios de comunicación mandan, introducen chips en la población y ciegan los ojos del que quiere abrirlos; cómplices, los políticos juegan con sus egos y nos hablan de números mientras los medios acallan la realidad con aplausos, sonrisas, y el "sí se puede" como si estuviésemos jugando un mundial. Las cifras no oficiales apuntan cerca de 50.000 muertos y 2 millones de contagiados, miles de personas con secuelas, cientos de imágenes ocultas para no dañar al pobre espectador, pequeños empresarios y trabajadores arruinados, más hambre y miseria y por supuesto más enfermedades mentales..., pero lo más importante parece ser cuándo podremos bañarnos en una playa o poner la toalla en la arena. Ese es el reflejo de nuestra sociedad, tan cobarde y acomodada, como incrédula y ciega. En fin, siento haberme explayado, vayamos con la música, seré breve que debería mirar por Amazon una puta sombrilla para el verano.