Se me fue Febrero como una hoja arrancada del calendario mientras esa variable no controlada que es el tiempo sigue exponiendo nuestros deseos a la realidad como si quisiéramos acelerar los días en vez de vivirlos. Así que no perdamos ese tiempo, miremos a nuestro alrededor, subamos el volumen de la música, y sintamos como nuestro corazón vuelve a bombear con la juventud de ese sonido que nos hace sentir que aprovechamos cada mirada que el mundo nos ofrece. Y para eso nada mejor que comenzar con este discazo de Sam Coffey & The Iron Lungs...
1) Sam Coffey & The Iron Lungs - Real One: Rescatado de "Mi Tocadiscos Dual" me llegó este disco de rock que te devuelve la creencia de que una canción de tres minutos puede llevarte de regreso a esas calles pobladas donde las noches se alargaban y las puertas de los garitos nunca permanecían cerradas. Once temas sin desperdicio que te hacen disfrutar, bailar, compartir la alegría que te produce escuchar una nueva canción con la misma sensación que sentías cuando descubrías a los clásicos. Difícil destacar una sobre otra, pero ahí tenemos esas declaraciones de rock que son "What This City Needs", "Sounds Alright" o "15 Minutes" que se alimentan de los Clash y Bruce Springsteen; o los siete minutos de "Gates Of Heaven" con ese guiño seguramente no disimulado al "Heroes" de David Bowie, y ese himno con el que acaba el álbum: "Real One", o el powerpop de "Magic" y de la maravillosa "Lately" que me recuerda a esos temazos que en su día escribieron The Del Lords. En fin, podría seguir con cada una, un disco obligatorio para todo el que sienta que el rock´n´roll viaja por sus venas.
2) DeWolff - Wolffpack: Un año después del "Tascam Tapes" que curiosamente reseñé hace justo el mismo mes pero del 2020, los holandeses vuelven a la carga con este Wolffpack. He de reconocer que desde que los vi en directo tengo debilidad por ellos, pero es que con cada disco me confirman que aquello que presencié sobre el escenario se plasma en sus trabajos en estudio con extraordinarias composiciones que transmiten los viejos sueños psicodélicos de los 70s pero sonando actuales: "Yes You Do", la aterciopelada "Do Me", "Sweet Loretta", "Bona Fide" o "Half Of Your Love" son buenas muestras de ello, canciones que una vez que entran en ti lo hacen para seguir creciendo, y que seguro que se estirarán hasta el infinito cuando las podamos ver vivas en directo. Una banda imprescindible.
https://dewolff.bandcamp.com/3) John Paul Keith - "The Rhythm Of The City": El ritmo de la ciudad del último trabajo de John Paul Keith se mueve en torno al Rhythm & Blues, el Soul, el Rock´n´Roll de los 50s con su admirado Elvis como referencia ("Love Love Love", "If I Ever Get The Change Again") e influencias del sonido Motown..., pero sobre todo es una maravillosa colección de canciones propias que se apropian de esos sonidos y nos los envuelve para hacernos conscientes que todavía siguen muy vivos, y así nos encontramos con estupendas muestras como "How Can You Walk Away", "The Sun´s Gonna Shine Again", "The Rhythm Of The City" o mi favorita que es "Ain´t Done Loving You Yet" que bien podría haber entrado en algún disco de los Wilburys. Lo dicho, sonido clásico pero ejecutado con mucha clase, esa de la que él va más que sobrado.
4) The Fleshtones - "Face of the Screaming Werewolf": Los Fleshtones es uno de esos grupos míticos que surgieron en la década de los 80s y que siempre han sido una apuesta segura como banda sonora de garitos nocturnos y fiestas privadas donde el alcohol y las risas se convierten en espontáneas muestras de naturalidad. A mí me sigue sorprendiendo que después de tantos años sigan editando trabajos tan completos como este y que ese garage-rock tan reconocible me siga enganchando con temas tan buenos como el que da título al álbum, la festiva "The Show Is Over", ese homenaje a los Stones con una extraordinaria cover de "Child Of The Moon", o las más poperas "Waiting On A Girl" y "Alex Trebek", sin dejar de lado los instrumentales "Somerset Morning" y "Swinging Planet X" con el espíritu de Bo Diddley flotando en el ambiente y de una armónica que resuena en busca de otro blues más perdido. Nuevamente enormes.
5) Nick Cave & Warren Ellis - "Carnage": Y por sorpresa aparece Nick Cave con un nuevo álbum bajo el brazo en colaboración con su compañero de fatigas de los Bad Seeds, Warren Ellis. Un disco bello y siniestro a partes iguales, ocho canciones que van ganando con cada escucha y que consiguen crear obsesivos recovecos por los que entrar en el mundo al que Nick Cave nos transporta con su cavernosa voz. Una aventura emocional que hará que disfrutes si eres admirador de Cave, y que a mí me ha vuelto a llevar a su lado con la misma facilidad que lo hizo con su anterior obra maestra: "Ghosteen". Solo espero que después de dos años cancelando sus conciertos en nuestro país, podamos verle algún día sobre un escenario con los Bad Seeds presentando ambos discos.
¡DISCO EXTRA!: Matt Mays - "From Burnside With Love": Mes de grandes directos, Jason Isbell, Neil Young..., y este de Mat Mays que para quién no lo conozca puede ser la puerta de entrada perfecta para conocer a un músico extraordinario y adentrarse más tarde en la discografía de este canadiense con influencias de Springsteen o John Mellecamp, y que posee unas composiciones tan redondas como "City Of Lakes", "Lost Souls", "Nothern Belle", "Take It On Faith", "Lonely Highway Night"..., 24 canciones que suenan de maravilla en este directo.
Y siguiendo con sonidos americanos mencionar también el álbum de debut de Ben Rice como solista titulado "Future Pretend", un disco con una producción muy limpia y con temas muy buenos como "One And Only", "American", "Everything Changes"...etc, y que merece mucho darle una escucha. Al igual que al sueco más americano, Anders Osborne y "Orphans And Mermaids", un disco acústico y mucho más crudo en la tradición de los grandes cantautores americanos y en el que demuestra su gran calidad a través de canciones tan bien construidas como "Dreamin", "Jacksonville To Wichita" o "Welcome To Earth". Y continuando por los mismos senderos reseñar también a Spencer Burton con "Coyote", The Barlow y "Horseshore Lounge", Dirtwater con "With The Wolves", Brian Dolzani y su álbum titulado "We Are Magic" (un músico que me ha recordado al Neil Young de los 70s en temas como "Back Home" o "Sun Shine Again"), Jack Cornell y "One In Wins", o los incansables The Hold Steady con Craig Finn a la cabeza y su último largo titulado "Open Door Policy".
Por otro lado, los incombustibles y prolíficos King Gizzard And The Lizard Wizard siguen en su línea psicodélica arabesca y han editado su primer álbum del año titulado "L.W", y conociéndoles seguro que no será el último (un grupo imprescindible). Otros con nuevo trabajo han sido The Pretty Reckless con la diva Taylor Momsen demostrando que son una gran banda, "Death by Rock´n Roll" se titula este y además del tema que da título el álbum tiene canciones tan pegadizas como "25" o "Harley Darling". Y más mujeres, Cassandra Jenkins y "An Overview On Phenomenal Nature" con sonidos que parecen rescatados del Van Morrison del "Innarticulate Speech Of The Heart", y por otro lado Indigo Sparke con "Echo", una voz y unas canciones que recuerdan a Marissa Nadler..., dos mujeres para escucharlas y soñar despiertos. Sin olvidarnos de Julien Baker que con "Little Oblivions", su tercer trabajo, parece que va a recoger los elogios merecidos de crítica y público.
Y ahora sí, para rematar el mes otro directo imprescindible. Corría el año 1990 cuando Neil Young editó "Ragged Glory", uno de esos discos que unen generaciones; un año más tarde publicó "Weld", un doble álbum en directo que ponía imagen y sonido a una de las alianzas más longevas del rock, la de Neil Young con sus Crazy Horse. Ahora nos llega "Way Down In The Rust Bucket", un concierto de aquella época y que sirve como complemento ideal al "Weld" con un repertorio basado en ese "Ragged Glory" ("Mansion On The Hill", "Love And Only love", "Over And Over" o "Days That Used to Be") y en canciones eternas de Neil ("Like A Hurricane", "Cortez The Killer", "Cinnamon Girl"...etc). Composiciones que se alargan hasta la extenuación, que resucitan el espíritu de una guitarra que tiene voz propia, que te hacen sentir que la magia de un concierto puede llegar al salón de tu casa si cierras tus ojos y permites, como decía al principio del post, que no hace falta acelerar la vida para vivirla, sino sentirla, así que viajemos hasta 1990, enchufemos los altavoces y emocionémonos con el placer de encontrarnos en el pasado con Neil Young & The Crazy Horses.
Es genial leer tus reseñas porque transmiten muchas ganas de escuchar música....
ResponderEliminarUn placer que le dediquéis parte de vuestro de tiempo a visitarme. Gracias.
EliminarLlego tarde, pero tus recopilaciones mensuales son espléndidas.
ResponderEliminarGracias.