Cada día que pasa entiendo más a esas personas "más mayores" que lo único que desean es garantizarse una vida sin sobresaltos, disfrutar de una puesta de sol, de una película o de la compañía de sus hijos y nietos, y que ven muy lejana la posibilidad de un viaje lejano e incluso iniciar cualquier trámite para cambiarse de compañía de luz o de teléfono. Cuando llega el verano, repetir destino de vacaciones o simplemente quedarte en casa tranquilo es una de las opciones para no enfrentarte con esos anunciantes que te incitan a descubrir, a modificar tu look, o a lanzarte hacia lo desconocido para desprotegerte después si las cosas no salen como se habían planeado. Para unos es el miedo el que nos atenaza a abrir esas ventanas, pero para otros ciertos cambios son en muchas ocasiones quebraderos absurdos de cabeza en una vida que al fin y al cabo es pasajera. Para mí es todo un desafío levantar el teléfono e intentar cambiar de compañía de seguro, de gas o de luz, pero por otro lado sí suelo vencer la pereza y agarrar un coche o un tren y viajar aunque sea a costa de tener que preparar ese viaje, porque cuando de verdad me siento libre es cuando apago el móvil y disfruto de un amanecer después de una divertida noche o cuando paseo calle abajo escuchando los sonidos de una ciudad despertando o de un mar embravecido, o simplemente escuchando una buena canción sin pensar que este año sí debería cambiar el seguro de la casa.
1) Trevor Sensor - "A Fear Tears of Eros": Empezamos con este genio de Illinois que con 31 años tiene una voz que parece curtida en mil batallas y de la que extrae todos sus registros para que cada tema parezca único. Sus canciones y su forma de interpretarlas me recuerdan al Bob Dylan jovencito (al que parece que homenajea en "Heaven´s A Big Disgrace") y al Tom Waits más cabaretero; un gran disco de folk-rock que se atreve además con sonidos orquestales, y un tipo con mucha personalidad que canta y toca con pasión. (📻)