sábado, 5 de enero de 2019

"Springsteen On Broadway"

He de reconocer mi indiferencia ante este último proyecto del Boss, ni siquiera había visto ni escuchado las escasas grabaciones que corrían por internet, así que cuando anunciaron el próximo visionado de uno de los conciertos a través de Netflix me lo tomé casi más como una obligación del que cree saber lo que va ver y escuchar que del que espera que algo le sorprenda. Pues bien, han sido dos horas y media sin poder apartar la mirada del televisor, atrapado por esos monólogos y esa forma de relatar anécdotas de una vida cuyos episodios más gloriosos se han convertido ya en recuerdos e imágenes tan poderosas como las letras de las canciones que le acompañaron.

Nadie como él puede hacer un retrato tan emocionante de lo que es vivir y hacerse mayor, de rascar entre sus disfraces y hacernos partícipes del hombre que hay tras la figura con la facilidad de que con una sola frase es capaz de conectarte con aquel niño o aquel joven que un día fue y entregarte la oportunidad de acompañarle en su viaje, ya sea dejando escapar una sonrisa o haciéndote sentir un nudo en la garganta.

Springsteen on Broadway es un genial y sincero repaso a su vida, a sus sentimientos y en general a lo que es el ser humano, y es en esa sencillez donde reside su poesía, en esa página en blanco que ya no tendrá comienzo o en ese árbol que en la niñez le cobijaba hasta que de repente desapareció de su vida para recordarnos a todos lo efímera que es la vida.

Cronológicamente, Bruce nos introduce con "Growin´up" en los recuerdos de su infancia, de su mundo familiar y del pequeño escaparate que su pueblo le ofrecía. Nos habla de la luz y el amor que le inspiraba su madre y sus palabras son capaces de convertirse en fotografías y captar instantáneas tan mágicas como la de aquel niño que caminaba calle abajo orgulloso de la figura que iba a su lado. O la de aquel hombre sentado en la cocina o en la barra de un bar bebiendo cerveza y descargando la ira y la soledad sobre aquel chaval que consideraba a este su héroe a pesar de la oscuridad y del miedo que le profesaba, tan bien reflejado en canciones como "Independence Day" o como ese "My Father´s House" que casi recita en esta ocasión.

Con ese sentido del humor tan característico que te provoca una media sonrisa o directamente una carcajada nos relata sus aventuras con sus compañeros de banda y de fatigas, o nos deja entrar en su mente y sentir que algo se desgarra en nosotros cuando recuerda a su camarada de escena: Clarence Clemons, el Big Man, aquel con el que construyó una de las imágenes más emblemáticas del Rock´n Roll; o cuando esos ojos que miran como si ya lo hubieran visto todo, se entristecen más aún mientras recuerda a esos amigos y a esa generación joven que fue enviada al Vietnam y que nunca regresó, o que lo hicieron pero siendo otras personas.

Se detiene también en lo importante que ha sido para él crear su universo particular, cómo tuvo que destrozar sus máscaras para entregarse al amor hasta encontrar una persona con la que construir su propia vida y crear sus propias raíces, ese pequeño lugar en el que todo cobre un sentido cuando las tormentas aparezcan y el mundo se convierta en una amenazante sombra que oscurezca la sonrisa. Ahonda en la dificultad de hacerse mayor, cuando sabemos que todo está mucho más lejano excepto la muerte y cómo se ha ido desvaneciendo esa eternidad que durante la juventud parecía tan real; explora esa visión romántica del mar, de la montaña o del desierto, de esos espacios abiertos que nos permiten respirar y sentir que no somos tan importantes como nos creemos, ni siquiera él mismo.

Maravillosamente filmado por Thom Zimny, solo espero que cuando se edite en Bluray se incluyan también los subtítulos de las canciones interpretadas que hacen valer las historias que se van sucediendo a lo largo de esta representación que es más teatral que musical.


Muy bien Bruce, seguiremos el viaje juntos hasta que nos topemos con esas tormentas que como bien dices llegarán, mientras tanto habrá que seguir agarrando momentos con nuestras manos para que se conviertan en recuerdos y buenas historias que contar, e intentaremos buscar en una canción la oportunidad de viajar y sentir que nosotros mismos a veces también somos otros.

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