Fueron unas veinticinco canciones que grabé en una vieja casette y que escuchaba en ese aparato que nos parecía tan moderno que era el walkman, y que luego pasaron a formar parte de otro todavía más novedoso que era el IPod, y de ese cacharro que sirve para todo: el móvil. Hoy en día siguen formando parte de mi vida y de mis escapadas "astrales", es Van Morrison en su versión más mística, ese que retuerce las palabras y desgarra su voz haciendo de esta su instrumento más valioso hasta hacernos creer que fuera de nuestros cuerpos existe ese imaginario universo que nuestro hombre construyó en torno a la nostalgia, la visión mística de la naturaleza y la poética recreación de un alma de la que nunca sabremos su nombre pero si su destino: Avalon.
Todo podría comenzar con "In The Garden", una estremecedora melodía con la que ya podemos empezar a vislumbrar ese mundo fantástico en el que nuestra mente comenzará a abstraerse, mientras nuestros cuerpos permanecen en ese jardín mojado por la lluvia, un jardín donde los recuerdos y el amor nos llevarán a contemplar ese "sentido de la maravilla" ("Sense Of Wonder"), en el que Van Morrison y esos coros femeninos que resuenan sobre esos parajes imaginados nos atraparán hasta que la melancolía invada cualquier visión que estemos recordando.
Entonces, y con la guardia bajada, admirando la grandeza de ese paisaje inventado y con nuestros ojos ausentados de la realidad llega el silencio, "Hymms To The Silence", una maravillosa letanía de casi diez minutos en la que nuestro hombre construye una hermosa canción de amor que va más allá de su instrumentalización, con un Van The Man que parece explotar su alma extendiendo su voz y retorciendo cada palabra como si estas tuvieran vida propia..., ¿puedes sentir el silencio?, si es así estarás ya en Avalon, dejándote llevar y abrazando ese mundo que Van Morrison ha modulado con sus canciones y su voz.
Aprovechando el sosiego que nos ha proporcionado el silencio, nos asomamos a esa misteriosa ventana extranjera, "Foreign Window", desde la que a Lord Byron se le iluminaba el rostro con la luz del sol mientras coqueteaba con la desesperación, y desde la que seguramente se preguntaba si había algún lugar llamado "Perdón"..., ese lugar que aparece en "And The Healing Has Begun", toda una demostración para exprimir ese inarticulado discurso del corazón con el que Van tituló uno de sus discos y que nos adentrará en la curación, porque es con esta canción cuando los sueños y las imágenes se agolparán y nos hará sentir que ya no somos como los demás, ahora deambulamos por esos paisajes creados por esa música y esa voz que serán tan lejanos como nuestra mente pueda llevarnos.
Y siguiendo esas líneas imaginarias que trazan ese camino que cada uno puede inventar a su gusto, llegamos a "It´s All In The Game" y "You Know What They´re Writing...", tal y como se editaron en el disco "Into The Music", y como continuación a "And The Healing Has Begun" y al viaje en el que llevamos tiempo embarcados.
Ahora llega el turno de escuchar al león que todos llevamos dentro, un león que aúlla cada sílaba y que nos prepara para navegar hasta llegar a Caledonia, solo hay que dejarse llevar por esos rugidos que nos anuncian que nuestra búsqueda ha comenzado, que marchamos sin rumbo fijo en busca de un nuevo comienzo mientras escuchamos el rugido de ese león, "Listen To The Lion".
La misma voz, pero más joven, nos devuelve a la tierra, concretamente a Cyprus Avenue para pasear junto a ese personaje que se llama "Madame George" y al que Van Morrison le hace gemir, rugir, susurrar, mientras él/ella pasea calle abajo taconeando con sus zapatos de tacón y exhibiendo su decadencia, la verdadera y única Madame George. "Sweet Thing" arranca con una guitarra, y aquí regresamos a aquel jardín mojado por la lluvia en el que Van The Man promete que nunca más volverá a envejecer y que caminará con esa pequeña dulzura mientras cuenta las estrellas que brillan en sus ojos.
Y con esa imagen de ese amor romántico que parece que siempre vivirá en nosotros alcanzamos "Purple Heather", que viene a ser una canción de despedida, cuando el verano se va y las hojas son suavemente golpeadas por el viento..., un final en el que despertamos del viaje después de haber sentido, de emocionarnos, de haber descubierto que la música cuando es tan maravillosa es capaz de crear el aislamiento necesario para escapar de la realidad y entrar en ese otro mundo donde incluso se puede escapar de ti mismo.
En esa cinta de casette había también otras canciones que entraron a formar parte de mi particular visión de lo que la música de Van Morrison podría ofrecerme. Entre otras estaban "St Dominc´s Preview", "Vanlose Stairway", "It Must Be You", "Why Must I Always Explain...", "When I Ever Learn To Live", "Avalon Of The Heart", "Did You Get Healed", "Have I Told You Lately I Love You", "Flamingo´s Fly", "Raincheck", la versión en directo de "Rave On John Donne", y tantas otras que podrían haber servido para deambular por esos alejados rincones de Avalon.
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