sábado, 10 de noviembre de 2018

Dewolff, Sala El Sol, 16/10/18

Ir a un concierto de Dewolff es como viajar en el Delorean y plantarte en un garito a principios de la década de los 70s en la que las bandas experimentaban y el sonido del hammond y las guitarras se aventuraban a adentrarse en ese muro de sonidos que divagaba con la psicodelia, y donde la duración de las canciones no importaba. Y así se presentaron este trío holandés, que se subieron al escenario del Sol exponiendo esas intenciones, y que nada más salir demostraron sobre este su capacidad para exprimir sus instrumentos y conseguir que sus canciones tengan la fuerza necesaria para que su directo sea una gran experiencia si permites que tu cuerpo gobierne tu mente y se deje llevar, porque a pesar de su juventud transmiten una asombrosa facilidad para manejar los tiempos de su puesta en escena, y una evidente complicidad entre los tres que permite que todo parezca natural.

A pesar de la ausencia de bajo, pocas veces he escuchado un sonido tan potente en la sala El Sol, y pocas veces he entrado a un concierto con ciertos recelos, a pesar de las críticas que había leído, para acabar saliendo convencido de que estos holandeses deben de ser una referencia para aquellos que echan de menos ese rock psicodélico que dominaba los últimos años de los 60s y principios de los 70s. Entre sus influencias se podrían citar a Led Zeppelin, Deep Purple o los mismísimos The Doors; en esta ocasión no recurrieron a estos y tiraron de temazos propios como: "Big Talk", "Sugar Moon", "Medicine", "Tired Of Loving You", "Deceit And Woo" o "Love Dimension" con la que cerraron el show después de una hora y cuarenta y cinco minutos en la que salieron vencedores ante un público que quedó tan satisfecho como la propia banda de haber disfrutado de una gran noche de rock.

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