sábado, 31 de mayo de 2025

"Diez discos y cincuenta canciones para recordar un mes" (mayo 2025)"

Terminó el mes de las flores y ya se nos ha presentado como otros años el calor y el recuerdo de esas tórridas noches de verano en las que lo mejor es estar en las calles mientras levantamos una copa hacia la oscuridad y brindamos por mantener nuestras sonrisas. Y es que en el fondo, y como decía una de las canciones que escuché estos días, seguimos siendo seres salvajes, aunque hayamos evolucionado y nos creamos más inteligentes que el mundo que nos rodea nuestras miradas nos delatan, no se trata de regresar a las cavernas, se trata de volver a aceptar que no somos del todo dueños de nuestro destino, que podemos y debemos creer que nuestros actos y decisiones tienen su significado y que en cierta forma controlamos nuestro pequeño universo pero sin olvidar que seguimos siendo parte de los ríos, las montañas y de las nubes, que pertenecemos a la tierra que aramos y a aquella por la que paseamos, y que como el resto de los seres vivos vivimos siempre expuestos a los deseos de una naturaleza que con su belleza nos recuerda que ella es mucho más sabia. Así que no dejemos que el calor nos agobie, permitamos que suene un violín o una guitarra estridente, y bailemos con lentitud o furiosamente mientras nos integramos con esos paisajes que igual que nos intimidan con toda su magia nos hacen sentirnos más libres.

1) Dan Mangan - "Natural Light": Y ya que andamos contemplativos, nada mejor que empezar con el séptimo álbum de este canadiense, un disco hermoso de folk grabado en una cabaña e ideal para darse un paseo con él por el campo o para cerrar los ojos y escucharlo en la oscuridad de tu habitación. Temas como "It Might Be Raining", "Soapbox" o "Cut The Brakes" te harán regresar a esa cabaña donde fueron compuestos. (📻)

jueves, 1 de mayo de 2025

"Diez discos y cincuenta canciones para recordar un mes" (abril 2025)"

Se acabó el mes y lo hizo con el gran apagón que por unas horas nos dejó como desnudos ante una helada, otro aviso más de cómo el mundo que observamos, nuestras rutinas y nuestras seguridades son un simple espejismo al que agarrarnos cuando en realidad solo somos pequeñas y simples piezas que queremos creer que podemos controlarlo todo. Una vez más nos sentimos protagonistas de una película distópica en la que deambulábamos por las calles o conducíamos anárquicamente por unas calles sin semáforos, aislados de toda conexión e intentando llegar a un destino final antes que la noche y la oscuridad nos atraparan. Velas, linternas y un transistor, esas fueron nuestras armas ante la incertidumbre y el caos; yo recuperé un viejo radiocasete, lo cargué de pilas, y no solo fue mi gran aliado durante esas horas sino que además me hizo recordar que hubo un tiempo en el que aunque todo era más rudimentario y teníamos menos posibilidades de conocimiento, en cierta forma nos sentíamos más seguros en ese pequeño entorno no tan globalizado en el que no necesitábamos una respuesta inmediata ni una solución instantánea.

1) Will Johnson - "Diamond City": Si tuviera que elegir una voz para calmar los nervios e intentar frenar que la ansiedad se adueñara de ese caos, esa sería la de Will Johnson, sus canciones y su forma de interpretarlas te incitan a que te relajes, a dar la espalda al tiempo para entrar en un estado de cierta melancolía con el que poder observar desde fuera ese mundo distópico del que hablábamos y aceptar que la nostalgia es parte también de nuestras vidas pero sin dejar espacio a la tristeza. Un disco tranquilo, más que su excelente anterior trabajo "No Ordibary Crown", y otra extraordinaria muestra del talento de este músico que es uno de mis favoritos de este siglo (📻).