lunes, 16 de noviembre de 2015

Van Morrison, 10 de Noviembre de 2015, Circo Price

Madrid, 10 de Noviembre, ayer sí, el viejo gruñón ni nos saludó ni se despidió, pero no hizo falta, nos ofreció una hora y media de viajes y retornos a ese mundo al que sólo llega su voz. Sobre el escenario parece un monstruo gigantesco que todo lo domina, manda a la banda, exprime su saxo, saca notas imposibles a la armónica... es capaz de hacer juegos de malabares con un blues mil veces exprimido y llevarlo más allá hasta que las palabras levitan por encima de su sombrero, siempre apoyado por una banda tan acojonante como acojanada, que saben que tienen que estar a la altura de ese ser extraño que está pendiente de cada nota.

Porque lo de ayer se resume en una sola palabra: Sentimiento; ayer Van Morrison se dejó la piel en cada canción que interpretó, ciertamente si me hubiera dejado hacer el setlist a mí hubiera sido muy distinto, no sonó "In the garden", ni "It´s All In The Game", ni "And The Healing Has Begun" que si está tocando últimamente, ni tantas otras... pero a cambio nos ofreció cada interpretación como si fuera la última... "Enlightenment", un "Moondance" que esta vez sonó a gloria, "Days Like This", un maravilloso "Whenever God Shines His Light", "In the Afternoon" mezclada con "Ancient Highway", "Help Me" o ese final con "Ballerina" (la mejor interpretación que yo he escuchado de este tema) que nos llevó a Avalon.

Me contaron que cuando John Fogerty se bajó del escenario después del concierto de Gredos parecía un abuelete y que tuvieron que ayudarle, hoy cuando Van Morrison se iba mientras la banda seguía a lo suyo y bajaba las escaleras tuvo que ser también ayudado, en ese momento sabía que el concierto se acababa y me acordé de lo que me contaron de Fogerty, el tiempo pasa pero el escenario rejuvenece así que a tipos como éstos no puedo exigirles más, si John Fogerty pudo todavía llevarme a mis viajes de juventud en los que la Creedence eran nuestra referencia, hoy Van Morrison me ha llevado a esas tardes de playa y borracheras nocturnas en las que su música me hacía creer que había descubierto un mundo mucho más allá del que yo podía divisar y al que muchos no podrían llegar, y ese mundo, esa mística extraña que me hacía sentir diferente, hoy se ha subido al escenario del Circo Price, yo simplemente me he dejado llevar como cuando ajustaba los cascos de mi walkman y caminaba sin destino y el tiempo parecía una infinita melodía que se retorcía y que nunca tendría final.

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